En el oasis de Karakum, apareció esta raza de caballos aproximadamente hace más de tres mil años, dando nacimiento a otras razas. Es un verdadero caballo del desierto, y jamás se ha dejado influir por otra raza. Los jinetes de Turkmenia los utilizan para carreras y competencias deportivas por sus innegables condiciones de vigor y resistencia. Los rusos gustan de esta raza por su magnifico pelaje con rayas plateadas, reminiscencia de clase de galgo.
En 1935, estos caballos llevaron a cabo un viaje desde Ahskabad, Turkmenistán hasta Moscú, recorriendo en 84 días una distancia de 4.154 Km. Cruzaron desiertos soportando vicisitudes sin demostrar fatiga excesiva. Son muy resistentes a las duras condiciones climáticas.
La alzada ideal del Akhal-Teké oscila entre los 150 y 155 cm.
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